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Texto de contratapa de la edición argentina - Por Pablo Schanton

  • Foto del escritor: florenciaw
    florenciaw
  • 17 abr 2019
  • 2 Min. de lectura

Actualizado: 26 abr 2019


ConocĆ­ varias de las historias que se leen aquĆ­ adentro en una redacción de diario, allĆ” por el turbulento ’01. En nuestros Ćŗltimos dĆ­as de periodismo ā€œjuvenilā€,Ā  Florencia no sólo brillaba por el look –una Anne Hathaway realmente vestida por el Diablo–, sino tambiĆ©n por su elocuencia a la hora de rapear las anĆ©cdotas de su infancia patagónica. Sólo a ella –que de chica se quedaba mirando azulejos en su escondite en vez de jugar fluidamente a las escondidas– podĆ­a ocurrĆ­rsele agregar a sus relatos orales la descripción de cómo flameaban las cortinas rojas de los colectivos de pueblo. O enumerar la decó medio pelo que no sublima el machimbre clase media.


Cuando me enterĆ© de que aquellos relatos centrifugados por el albergue transitorio de su padre iban a desembocar en un libro bautizado sin vueltasĀ El telo de papĆ”, no sĆ© por quĆ© imaginĆ© lo que imaginĆ©: que todo lo que me habĆ­a contado reencarnaba en una canción de Los AutĆ©nticos Decadentes, eso sĆ­, con Jorge Serrano reemplazado por Mafalda. Y ahora, tras haber leĆ­do su primer libro de precoces memorias, podrĆ­a ratificar mi primera impresión, pero tambiĆ©n, las cortinas rojas, las cocheras con techo de parra, los montĆ­culos de pelo y sangre al borde de las rutas, las mesitas de luz quemadas por los puchos y, por supuesto, el machimbre. Pero, sobre todo, disfrutĆ© otra vez eseĀ lombrosismoĀ suyo para describir caras: ya sea un ā€œPollock de pecasā€, ya sea un disco de arrugas que de escucharse sonarĆ­a a cumbia triste.


Pablo Schanton en los dĆ­as de periodismo juvenil.

¿Qué es un motel de pueblo sino una mÔquina sordomuda de chismes que hila el mapa local de infidelidades y dobles vidas? ¿Quién mejor que la hija del dueño para ocuparse de la trama y descubrir lo mÔs miserable tras la excesiva desodorización?


Ahora bien, lo que podrĆ­a ser un festĆ­n desnudo para el paladar mĆ”s Bukowski aquĆ­ se cuenta sin sordidez ni cinismo erótico. No sĆ© cómo hizo, pero Florencia se las arregló para que la sociedad entre la lucidez y la inocencia fuera una secreta fraternidad incestuosa. AquĆ­ hay una niƱa que se hace la dormida para oĆ­r cómo suena el mundo desafinado de los adultos. Prestando (y prestĆ”ndose a) ese oĆ­do y evitando con naturalidad pintoresquismos o sociologĆ­as, escribe sobre una clase media provincial en los ā€˜80/’90, cuya experiencia vital viene enmarcada por la fatalidad de sus consumos (el Renault 12, los cigarrillos 43/70, los Tupper, el Sertal). Una mirada que puede pintar como ā€œdandy enanoā€ a un Menem pre-presidencial de visita en el pueblo y que retrata el fin del Menemismo sin abusar del diagnóstico, como el Miami (99) de Babasónicos.

Mafalda liderando a los Decadentes, sĆ­, pero tras haber decidido que la potencia narrativa consiste en reforzar la candidez.

© 2019 by Florencia Werchowsky.

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